La solución adoptada consistió en elevar el terreno y crear una nueva topografía utilizando la tierra extraída de la excavación de los sótanos de los edificios adyacentes. La topografía acentúa el relieve y evoca el paisaje de colinas de Toulouse, Lauragais y Volvestre. El pavimento, totalmente permeable, está formado por grandes «alfombras» de pavimentos Flexbrick dispuestas en franjas de 1 m de ancho por 10 m de largo, paralelas a las fachadas de los antiguos edificios militares. Formadas por piezas cerámicas de 30x5x6cm -dimensión del ladrillo toulousaine tradicional- «tejidas» a una malla metálica con alambre de acero galvanizado. Gracias a la flexibilidad de esta malla, el conjunto puede deformarse y adaptarse perfectamente a las ondulaciones del terreno.El jardín de Niel premiado consigue ser un espacio dinámico, con múltiples ambientes bajo un mismo lenguaje. Un lenguaje guiado por la topografía y el material que se funden en una única intervención donde todo parece evidente.